Una cocina abierta al salón. Parece algo sencillo pero, en esta ocasión, presentaba algunos retos. Pero antes de entrar en materia, vamos por partes. ¿Quieres descubrir más de este proyecto?
Lauria 13 Arquitectura
Parece que fue ayer, pero llevan juntos casi 19 años. Su complicidad surgió en medio de un examen maratoniano de dibujo técnico durante el primer curso de arquitectura; y desde entonces, el equipo crece. Hoy son tres los integrantes del estudio Lauria 13 Arquitectura e Ingeniería. Pero cuando compartimos proyectos con ellos, nos sentimos uno más del equipo.
No es el primer proyecto que hacemos juntos, pero sí uno muy personal. Y quizás, si alguna palabra pudiera describirlo, sería CONFIANZA.
Bego y Ramón dejaron por completo el proyecto en sus manos. Ella lo hizo con los ojos vendados y a él no le quedó otra opción (aunque opuso resistencia como buen madrileño 😉). Parecía que estuviéramos en el programa televisivo “Love it or list it” y es que la primera vez que vimos el plano… Venía bautizado por el equipo de Lauria 13 como proyecto “cuchillo” y no le faltaban motivos.
Cada proyecto que llega desde el estudio es un traje a medida en el que se cuida hasta el mínimo detalle. ¿La mayor diferencia con los demás? Que este tenía que enamorar. Y a nosotros nos robó el corazón.
Objetivo: cocina abierta al salón
El proyecto de reforma se sitúa en un piso en el que, a priori, parecía imposible sacarle partido. La cocina estaba desvinculada del salón, creando un pasillo interminable que prohibía prácticamente disfrutar de la luz, el aire y las vistas tan bonitas que ofrecía la huerta.
El objetivo que se nos trasladaba era el de ayudar al equipo de Lauria 13 a conseguir que la cocina fuera un mueble más del salón-comedor. Convertir el pasillo, hasta entonces interminable, en el gran almacenaje de la vivienda a pesar de reducir su longitud. Sin embargo, al mismo tiempo no debía perder las necesidades funcionales que solicitaban Bego y Ramón como clientes finales.
Distribución de la cocina abierta
Con el mobiliario a medida se crearon los tres espacios funcionales indispensables en cualquier cocina: almacenaje – cocción – limpieza.
La isla, con sus dimensiones ajustadas, es el elemento central que ayuda a articular el espacio a su alrededor. Tenía que perder la sensación de mobiliario en su visión desde el salón-comedor. Para ello, se dispuso en el lado opuesto a la zona más visible, el horno acabado en vidrio blanco y el lavavajillas integrable de dimensiones reducidas de la firma Bosch.
En la zona más visible de la isla, se sacrificó una posible zona de taburetes con el fin de ganar espacio de almacenaje. Además, se plantearon las puertas hasta el suelo con el fin de reforzar la sensación de bloque compacto.
La encimera, resuelta con el modelo Artic White de la firma Neolith, alberga dos amplias zonas de trabajo apoyando la zona de cocción, que cuenta con una flexoinducción de Bosch.
Por su parte, la zona de limpieza cuenta con un seno bajo encimera de Poalgi y un grifo escamoteable de Frecan.
La campana integrada en el techo de la firma Frecan, potenciaba la sensación de continuidad que se quería conseguir en el espacio, sin tener que sacrificar excesivo espacio gracias a sus reducidas dimensiones.
Almacenaje oculto a simple vista
La zona de almacenaje se ubica detrás de la zona de trabajo de la isla. Para potenciar la sensación de continuidad con el salón, se han panelado parte de las paredes con el mismo acabado que la cocina.
Así, la zona de almacenaje cuenta con cuatro columnas de profundidad reducida a toda la altura. El frigorífico integrable de la firma Bosch cierra el espacio alrededor de la isla hacia la zona del pasillo.
Allí, gracias a la continuidad en el acabado de los paneles, hace que la transición del salón-comedor hacia la zona de noche pierda la frialdad de una zona meramente de paso. Al mismo tiempo, se mantiene la capacidad de almacenaje gracias al mobiliario de gran profundidad existente en esta zona.
Para el acabado de todo el mobiliario se optó por un laminado blanco con un texturizado imitación a madera que no le quitaba protagonismo al pavimento de gres porcelánico en espiga con acabado en roble.
Bego y Ramón ya disfrutan de su cocina. Si tú también quieres una cocina lluesma, contacta con nosotros y hablemos. 😊